Año con año, entre los meses de diciembre y enero, desde las gélidas corrientes del Mar de Bering, arriban a Baja California, en el territorio mexicano, numerosas ballenas grises.
Esta travesía instintiva les toma de dos a tres meses, ya que recorren aproximadamente 9,500 kilómetros entre una zona y otra. En cuanto ingresan las ballenas grises a las tibias aguas bajacalifornianas, se dedican a juguetear y posteriormente a aparearse. Los visitantes tienen la oportunidad de tocar a los cetáceos, mismos que permanecen en el lugar hasta el mes de junio, para después regresar a las frías aguas de Alaska.
Las ballenas grises pueden alcanzar 15 metros de longitud y un peso que oscila entre las 20 y las 40 toneladas cuando se desarrollan por completo. La migración antes mencionada la vienen haciendo desde hace mucho tiempo, sin alteración alguna y de manera completamente regular.
Es interesante viajar a las playas mexicanas, entre otras cosas para poder avistar a los simpáticos ballenatos. Ellos, al nacer, tienen un peso que va de los 750 a los mil kilogramos. Su alimento único es la leche materna, que se caracteriza por su composición rica en grasa. En tan solo algunos meses los ballenatos duplican peso e incrementan ostensiblemente su tamaño.
Los cetáceos de esta especie que arriban a las aguas de Baja California se congregan en ciertos sitios bien definidos del Océano Pacífico y a veces penetran al Mar de Cortés y la bahía del Golfo de California.
En el área costera del Pacífico por lo común se pueden avistar en la laguna de Scammon, la cual tiene esta denominación como un homenaje al ballenero estadounidense Charles M. Scammon, nacido en Maine y que en 1897 halló tal asombrosa zona donde de apareamiento y cría de cetáceos.
Otros sitios a donde arriban estos colosos del mar y que, por lo consiguiente, son de enorme atractivo turístico, son la Bahía Magdalena y la Lagua de San Ignacio. La primera se localiza a unos 40 kilómetros de Guerrero Negro, ciudad cercana al área que divide a las dos Baja California y en donde aparece una de las salinas de mayor relevancia en todo México.
Para hacer una excursión hasta las costas mexicanas donde se pueden avistar ballenas grises, se tiene la opción de viajar desde Tijuana. Para ello se utiliza la carretera transpeninsular número diez, la cual cruza por Ensenada, San Vicente, Punta Prieta, El Rosario y Guerrero Negro.